Soy tan feliz que podría morir en este preciso instante y no echaría en falta haber hecho nada. ¿Sería entonces sobredosis por felicidad? ¿Se puede ser demasiado feliz? Es reconfortante incluso pensar en ello, morir por pura felicidad. Como droga sin cortar. Que tiemblen los camellos, que regalo sonrisas. Pura droga llena de risas. La droga de la felicidad. Complicidad. Directa en vena, sin adulterar.