Y como si de una pelicula se tratase...

- Al final me he ido. Me he ido lejos de esta ciudad. Si, como siempre dije que haría pero tú nunca creíste. Aunque, quien sabe ¿no? A lo mejor la vida vuelve a juntarnos algún día…
- ¿Y por qué no? Yo guardaré todos los besos que no te di para ese día.

Dilo

- ¿Te has cansado de quererme?
- No, me he cansado de compartirte con otras

Las canciones… Malditas canciones…
Nunca entenderé la incesante manía del ser humano de escuchar canciones tristes cuando su estado de ánimo está bajo…
¿Qué tipo de masoquismo es ése?
Porque lo cierto es que una canción hace mucho.
Una canción puede recordarte un amor que ya creías muerto.
Puede hacerte creer que vuelves a estar enamorada.
O que ya por fin olvidaste a ese viejo amor.
¿Puede abrirte los ojos?
Quizás creerte capaz de tocar el cielo.
O que has vuelto al ayer.
Que tu gran futuro está de llegada.
Que siempre podrás volver.
Porque hay canciones que marcan un antes y un después.
En fin, canciones… Sólo canciones… Que haríamos sin ellas, ¿no?

¿Y TÚ?

Mentiría si dijese que nunca he vuelto a pensar en ti.
¿Y tú?
Mentiría si dijese que no probé más sabores después de ti.
Sé que tú también lo harías.
Ya no queda magia, la inocencia se ha esfumado.
Que ya no se puede retroceder, que aquellos sueños están enterrados.
Pero mentiría si dijese que no querría volver.
Volver a empezar, empezarlo todo otra vez.
¿Y tú?
Porque no sé si estaré segura de dar 10 pasos hacia atrás después de haber avanzado sólo tres.
Me costó acostumbrarme a estar sin ti,
y no quiero volver a las viejas costumbres.
A caer en tus redes. A caer en ti.